MINISTERIO DE SALUD DE LA IGLESIA ADVENTISTA DE MALABO

Anemia en el embarazo

ANEMIA Y EMBARAZO

La anemia es la mas frecuentes de las enfermedades que pueden coincidir con el embarazo o ser producida por éste, ya que las necesidades en el desarrollo del feto y la placenta aumenta el consumo de hierro elemental.

La anemia del embarazo no es fácil de definir, puesto que durante dicho estado se produce un aumento sustancial del volumen total de sangre y se incrementa la producción eritrocitica.

Para asegurar un aporte adecuado de oxígeno y nutrientes al feto, placenta, útero y tejido mamario el estado de gravidez requiere ajuste fisiológicos y bioquímicos que incluyen alteraciones significativas del volumen plasmático y de la masa eritrocítica, pero hay un aumento desproporcionado del volumen de plasma circulante que da como resultado hemodilución.

El aumento del volumen plasmático llega a un promedio de 1000 ml necesario para llenar la vascularización expandida de los tejidos maternos hipertrofiados y la circulación feto placentario.  El grado de aumento del volumen plasmático se correlaciona con el tamaño del feto.  También hay un aumento de masa eritrocitaria circulante, en un promedio de 300 a 400 mal para el feto único.

La hemodilución relativa consecuente al aumento promedio de sólo 300 ml del volumen eritrocitario en comparación con los 1000 del volumen plasmático da como resultado una disminución promedio del hematocrito de 41% a 37.5% y de la hemoglobina de 140 a 110 gramos por litro hacia el tercer trimestre de la gestación.

Por lo tanto se considera como anemia durante el embarazo cuando la cifra de hemoglobina está por debajo de 110g/l de sangre y el hematocrito menor de un 33% durante el tercer trimestre de la gestación.  Se entiende que si la cifra de hemoglobina es menor de 95 g/l, la anemia es intensa.

La Organización Mundial de la Salud en 1991 ha dado la siguiente clasificación de la anemia.

Anemia moderada:         Hb < 110 g/l  > 70 g/l

Anemia severa:              Hb <   70 g/l  >  40 g/l

Anemia muy severa:      Hb =< 40 g/l 

La anemia es un problema mundial.  Constituye uno de los indicadores generales de pobre salud  y está estrechamente vinculada con la desnutrición y la enfermedad .  A consecuencia de los cambios fisiológicos del embarazo y de las necesidades del feto en desarrollo, la anemia es más frecuente durante la gestación, que en la mujer no embarazada.  La grávida anémica y su futuro hijo están frecuentemente expuestos a complicaciones, algunas graves, lo que la sitúa en la categoría de alto riesgo.

La anemia va a empeorar el pronóstico de las mujeres que sangran durante el embarazo por lo que contribuye a la morbilidad y mortalidad de las madres.  También aunque durante el embarazo hay una distribución preferencial del hierro hacia el feto, la anemia severa de la madre se encuentra asociada a bajo peso al nacer y parto pre-término.

Frecuencia:

La incidencia de anemia en el embarazo varia considerablemente en el mundo siendo mucho más frecuente en los países subdesarrollados que en los desarrollados.

Se manifiesta más frecuentemente al final del embarazo en grandes multíparas, en gestantes jóvenes, en las que no reciben atención prenatal y en las que no toman suplemento de hierro.

Existe mayor prevalencia de anemia en las poblaciones rurales, donde las infecciones, las pobres condiciones sanitarias, el parasitismo y la desnutrición es más frecuente.

Según un estudio de la OMS, la prevalencia de anemia Hb < 110 g/l) durante la gestación en 1980 se estimó en un rango desde 38% a 52% en mujeres embarazadas del Africa Sub-Sahariana, América Latina, Sudeste Asiático, y Oceanía (Hughes, 1991)

Valores Normales de la Sangre Durante la Gestación

1.      Hemoglobina: 1er. trimestre 120 g/l, 3er. trim. 110 g/l

2.      Hematocrito: 1er. trim. de 36 a  44%, 3er. trim. 33 a 42 %

3.      Hierro sérico: 60 a 150 microgramos/100 ml.

4.      Reticulocitos: 0.5 a 1.5%

5.      Eritrosedimentación: 45 mm en último trimestre

6.      Leucocitos: 10,000 a 15,000/mm3

7.      Plaquetas: 150,000 a 400,000/mm3

Necesidades gravídicas del hierro

El cuerpo humano en la mujer adulta contiene en total unos 4 gramos de hierro del 70 al 80 % del hierro corporal  está contenido en la hemoglobina dentro de los eritrocitos circulantes.  Alrededor de un gramo se encuentra depositado como reservan el sistema retículo endotelial y el parenquina hepático y una pequeña parte aproximadamente 0.2 gramos se encuentra en la mioglobina, y enzimas como catalasa, citocromo, xantina-oxidasa y transferrina, la feta-globulina que transporta el hierro entre los diferentes depósitos.

Los eritrocitos tiene una vida media de 120 días, por ende cada día debido a la senectud de los eritrocitos se liberan de 15 a 25 mg. de hierro, que deben reponerse diariamente para mantener la masa eritrocitaria.  Gran parte del hierro liberado a partir de la hemoglobina degradada es reciclado para su ventilización por la médula ósea en la síntesis de nueva hemoglobina. Normalmente se pierden 1 mg de hierro a través del tracto intestinal, piel, pelo, orina, y sudoración.

Cuando el individuo dispone de suficiente hierro tiene una absorción intestinal de aproximadamente un 10% del hierro de la dieta y de hasta un20% en caso de tener deficiencia de hierro.

El embarazo crea un gran requerimiento de hierro de 1g aproximadamente (igual al hierro de reserva). de 500 a 550 mg participan en el aumento del volumen sanguíneo materno, 300 mg son requerido por el feto y el resto constituye la pérdida diaria normal y la pequeña parte que requiere la placenta.  Con el sangramiento del parto, del alumbramiento y del puerperio, hay una pérdida adicional de hierro.

El contenido de hierro de la dieta de la mayoría de las mujeres del mundo es bajo.  Además. solo una pequeña fracción del hierro de los alimentos (aproximadamente el 10 %) es absorbida por el intestino, aunque la absorción del hierro de los alimentos animales es mejor que la de los alimentos vegetales.  La absorción aumenta cuando hay necesidades de hierro.

La Organización Mundial de la Salud ha planteado que el contenido de hierro de la dieta diaria en la mayoría de los países subdesarrollados, es inferior a 10 mg.

En muchos países tropicales, el parasitismo intestinal es una agente causal muy importante de las anemias ferriprivas. Las infestaciones masivas pueden representar una pérdida diaria de hasta 150 ml de sangre.

Clasificación de las anemias

Durante la gestación, creemos útil tener en cuenta que las anemías que acompañan al embarazo pueden ser agrupadas en dos categorías:

1.      Directamente relacionadas con la gestación.

a) Ferropénicas.

        b) Megaloblásticas              

        c) Hipoplásticas.

2.      Que no guardan relación directa con la gestación

a) Anemias por hematies falciformes.

      b) Otras anemias hemolíticas y raras.

Anemias Ferropénicas:

Frecuencia:

El 95% de las anemias durante el embarazo se producen por déficit de hierro.

Fisiopatologia:

El embarazo y el parto representan una pérdida de 1 a 1.3 g de hierro que se extrae fundamentalmente que se extrae fundamentalmente de los depósitos de hierro en el sistema retículoendotelial y en el parenquina hepático, en forma de hemosiderina o ferritina.

Frecuentemente las embarazadas enfrentan estas necesidades con las reservas de hierro exhaustas.  Entre los factores que llevan a ello se encuentran: menstruaciones abundantes, embarazos con escaso período intergenésico, dietas con bajo contenido en hierro, embarazos anteriores sin un adecuado suplemento  férrico,  partos con sangramientos durante el alumbramiento o el puerperio, parasitismo intestinal, baja absoción del hierro y otros.

Cuadro Clínico:

Las anemias ferropénicas del embarazo son pobres en signos y por lo regular son asintomáticas; puede observarse palidez cuteneomucosa y cierta tendencia a la fatiga.  Las formas más severas presentan un síndrome anémico dado por: laxitud, “ casancio de muerte”, irritabilidad, astenia, nerviosismo cefalea, anorexia y otros.

En los casos de anemias muy severas puede haber manifestaciones digestivas, circulatorias y del sistema neuromuscular.  Entre ellas tenemos: alteraciones del apetito, pirosis, ardor lingual y bucal, flatulencia, conspiración y es posible la aparición de glositis.  En ocasiones puede haber manifestaciones de insuficiencia cardiaca y cardiomegalia.  A veces las pacientes pueden tener dolores de tipo nerurálgico, adormecimiento de las extremidades, sensación de hormigueo, trastornos vasomotores y otros.

Al realizar el examen físico se detecta palidez cutaneomucosa; las uñas de las manos y a veces las de los pies, aparecen opacas y sin brillo, y se rompen con facilidad.  Con frecuencia la auscultación permite escuchar soplos anémicos funcionales.

Diagnóstico:

Durante la atención prenatal el estudio sistemático de la hemoglobina y el hematocrito que deben hacerse cada 6 ó 12 semanas permitirá el diagnóstico de la anemia. Se considerará la presencia de anemia.  Se considera la presencia de anemia si la hemoglobina está por debajo de 110 g por litro.

Independiente de la clasificación dada por la OMS (1991) creemos que desde el punto de vista práctico conviene considerar estos tres grados de acuerdo con las cifras de hemoglobina

Gramos x kilo        Anemia

De 109 a 95

Moderada

De   94 a 85

Intensa

Menos de 85

Muy intensa

 

Las anemias ferriprivas se caracterizan por tener:

1)      Hemoglobina y metocrito disminuidos.

2)      Hierro sérico disminuido

3)      Discapacidad total elevada

4)      Indice de saturación disminuido

5)      Protoporfirina eritrocitaria elevada

6)      Lámina periférica normocíticia hipocrónica

En las anemias muy intensas debe hacerse además otras investigaciones para precisar las causas que las originan.

Tratamiento:

Tratamiento profiláctico:

Administración de hierro por vía oral desde la primera consulta prenatal.  Una ingestión diaria de 60 mg de hierro elemental es una profilaxis adecuada en las pacientes co0n feto único.

Debe administrarse en forma de sales ferrosas:

1)      Sulfato ferroso – Tableta de 300 mg = 60 mg de Fe elemental.

2)      Gluconato ferroso – Tableta de 300 mg = 36 mg de Fe elemental.

3)      Fumarato ferroso – tableta de 200 mg =  65 mg de Fe elemental

 

La administración de hierro debe proveer al organismo la cantidad suficiente de este elemento para lograr la regeneración de la hemoglobina y para la reserva.  Esto se consigue administrando dos o tres tabletas diarias de sales ferrosas durante el embarazo y hasta 6 meses después del parto.

Tratamiento patogénico:

Es fundamental tratar la causa del déficit de hierro como sería la existencia de parasitismo intestinal, gastritis P de anaclorhidria o de sangramientos crónicas, puesto que si persiste el agente causal, la terapia sustitutiva no resuelve la anemia.

Tratamiento curativo

Ferroterapia:

La vía oral es la de elección siempre que sea posible, en dosis de 600 a 1200 mg/día que equivaldrían a 120 ó 180 mg de Fe elemental, prescribiéndose 1 ó 2 tabletas media hora antes de desayuno, almuerzo y comida, pues es preferible separarlo de los alimentos.  Puede indicarse además la administración de 100 mg de ácido ascórbico diariamente.  La administración durante las comidas presenta mejor tolerancia aunque es menor su absorción.

 Las sales de hierro no deben administrase acompañadas de leche, té, café o huevo ya que estos interfieren en su absorción.

El tratamiento debe de ser mantenido hasta por lo menos dos meses después de normalizado el hematocrito y la hemoglobina.

Una forma práctica de calcular la dosis total de hierro en miligramos sería:

Hemoglobina normal – hemoglobina de la paciente x 255 mg de Fe.

La vía parenteral (intra muscular) para la administración del hierro sería necesaria en las circunstancias siguientes:

1)      Intolerancia gástrica al hiero oral.

2)      Cuanto esté contraindicada su administración como en los casos de gastritis, úlcera, diverticulosis y otras afecciones digestivas.

3)      Falta de respuesta al tratamiento oral.

4)      Síndrome de mala absorción intestinal.

5)      Anemia intensa (85 g/l o menos) después de las 34 semanas.

Condiciones básicas para la utilización del hierro por vía parenteral:

1)      Una cifra de hierro sérico baja.

2)      Cálculo de las necesidades de hierro

3)      No exceder la dosis total de 2000 mg.

Productos disponibles:

1)      Hierro dextrán (inferón): 50mg x ml (ámpulas de 1 y 2 ml.)

2)      Sacarato óxido de hierro 20 mg x ml (ámpulas de 5 ml)

Vía intramuscular 1.5 mg/Kg/día. Generalmente 100 mg por día.

Deben seguirse las recomendaciones clínicas del producto para evitar reacciones indeseables y manchas en la piel en el sitio de la  inyección.

La respuesta inicial es el aumento de laos reticulocitos y posteriormente se observa el aumento de la hemoglobina de los hematies y del hematocrito.

De acuerdo con la respuesta al tratamiento con hierro las anemias ferropéricas pueden ser ferrosensibles ó ferrorefractarias, y en estos casos se asocian con trastornos del metabolismo del hierro.

Anemias Megaloblástica:

Durante el embarazo existe un aumento de las necesidades de ácido fólico y la vitamina B12  para la síntesis del ADN y del ARN por el rápido crecimiento celular del embrión y del feto en desarrollo.  La anemia megaloblástica del embarazo es causada por deficiencia de ácido fólico, no de vitamina B12 .

La gestante también puede sufrir una deficiencia de ácido ascórbico, que se asocia a la ácido  fólico.

Diagnóstico:

En la lámina periférica se encuentra macrocitosis (hematíes mayores que 7µ), punteado basófilo (policromatofilia), leucocitos de Pitaluga y macroplaquetas.

La determinación de ácido fólico sérico ofrece cifras por debajo de 4µg/L.  La médula ósea es megaloblástica.

La deficiencia de ácido fólico y de ácido ascórbico determinan un aumento de las complicaciones infecciosas de la madre, abortos, partos prematuros, rotura prematura de las membranas y otras.

Tratamiento:

Profiláctico:

1)      Acido fólico: 1 mg/día (tabletas)

2)      Acido ascórbico: 200 mg/día (tabletas)

Específicos:

Acido fólico: 5 a 10 mg/día (tabletas)

Además del ácido fólico debe administrarse hierro en dosis terapéutica, ya que la transformación de la médula ósea megaloblástica en normal requiere gran cantidad de hierro.

Antes de iniciar el tratamiento, debe buscarse la existencia de una infección que condicione la anemia (la infección urinaria es la más frecuente) y pueda hacerla refractaria al tratamiento.

Aunque la anemia megaloblástica es refractaria a la vitamina B12, eventualmente puede ser necesaria su administración.  Una característica de esta anemia es su remisión espontánea después del parto.

En casos severos o en fecha próxima al parto, puede requerirse hemoterapia.

Anemia Hipoplásica:

Se le relaciona con el embarazo y se considera por algunos como una manifestación de toxemia.  Es rara y de gravedad variable.  Puede tener remisiones parciales o completas, y en algunas ocasiones, desaparecer espontáneamente después del parto.  Puede provocar muerte fetal y parto pretérmino.

Diagnóstico:

La anemia es de desarrollo rápido, con palidez, fatiga y taquicardia.  Las manifestaciones clínica dependen de los grados de la anemia, la granulocitopenia y la trombocitopenia.  Puede haber formas globales, con caída de los 3 sistemas, o formas parciales con la afectación de 1 solo de ellos.

Exámenes de Laboratorio.

Fundamentan el diagnóstico las determinaciones de:

1)      Hemoglobina ( muy baja)

2)      Hematocrito ( reducido)

3)      Trombocitopenia.

4)      Hierro sérico ( elevado)

5)      Médula ósea hipocelular con depresión selectiva o de los 3 sistemas( pancitopenia).

Tratamiento

Para tratar la anemia hipoplásica se dispone de recursos muy limitados.  El tratamiento con hierro, ácido fólico y vitamina B12 ha resultado ineficaz.

En el aspecto médico, se aconseja:

1)      Medidas para prolongar la vida de la paciente.

a)                  Transfusiones de concentrados de glóbulos rojos si la anemia fuera lo    fundamental.

b)                  Transfusión de plaquetas.

c)                  Administración de antibióticos ( no profilácticos y con antibiograma).

d)                 Administración de anabólicos: Nerobol: 1 a 3 mg/Kg por la vía oral diariamente

     Desde el punto de vista obstétrico:

1)      Gestación del primer trimestre: interrupción del embarazo.

2)      Si gestación próxima al término, interrupción por cesárea cuando el feto sea viable.

Anemias por hematies falciformes o drepanocitemia.

En la más común de las  hemoglobinopatías.  La hemoglobina causante de la anemía drepanocítica es frecuente en los países de América Latina, que tienen un porcentaje elevado de población negra como ocurre en los países del Caribe.  Se considera que la incidencia del rasgo falciforme en Cuba es de un 6.2%, en Panamá un 8% y en República Dominicana un 10% en las poblaciones negras y mestizas.

Aunque de acuerdo con los síntomas clínicos de la Hb S parece trasmitirse por medio autosimicos recesivo (sólo están afectados los hemocigotos SS), se considera más bien el resultado de herencia autosómica codominante, puesto que el genotipo heterocigoto ATS (rasgo de células falciformes) puede bajo ciertas circunstancias producir morbilidad grave e incluso la muerte.

En Cuba se considera que nacen 10,000 recién nacidos heterocigóticos y 100 recién nadicos hemocigóticos todos los años.

En los individuos s/s, la hemolisis es consecuencia del secuestro y de la destrucción de los hematies falciformes en el sistema retículo en consecuencia del sistema retículo endotelial, así como su destrucción intravascular originada por trauma mecánico.  De ahí que la anemía crónica sea la regla.

Las hemoglobinopatías se clasifican en ligeras (formas benignas) y graves (enfermedad de células falciformes) según la sintomatología clínica.

Entre las formas ligeras se consideran el rasgo de células falciformes (Hb AS), enfermedad de hemoglobina SD y la hemoglobina S benigna, la cual desde el punto de vista electroforético es SS pero sin síntomas clínicos.

Entre las formas graves (enfermedad de células falciformes ) se consideran la anemia de células falciformes (Hb SS), la enfermedad de hemoglobina SC y la talasemia de hemoglobina S.

La hemoglobina S y la hemoglobina C son resultado de la sustitición del Acido Glutámico en la posición 6 de la cadena beta de la globina por valina y lisina respectivamente.

La crisis drepanocítica se produce el fenómeno de deformación semilanar de los hematies y hacerse irreversible.

El fenómeno del faciformación es debido a que la propiedad fundamental que diferencia a la hemoglobina S de la hemoglobina A es la baja solubilidad de la primera en su forma desoxigenada, lo cual provoca su precipitación debido a la formación de polímeros, agregados constituidos por la formación de varias moléculas de hemoblogina S, formando un gel semisólido, que se extien a lo largo de los hematies y da lugar a la deformación característica.

Normalmente, con la reoxigenación estos precipitados se disuelven y la deformación se hace reversible.

La crisis es el resultado del estancamiento en la microcirculación con vasoclusión produciéndose dolor, acidosis e hipoxia local.

Las gestantes hemocigóticas pueden sufrir crisis de gran severidad durante la gestación y casi el 100% de las gestantes SS presentan crisis dolorosas durante el embarazo, aún aquellas que no lo habían tenido antes.  Las pacientes están expuestas a complicaciones respiratorias y renales, tromboflebitis, endometritis, accidentes encefálicos e insuficiencia cardiaca.  En ellas son frecuentes los abortos, las defunciones fetales y el parto pretérmino.  La toxemia gravídica se presente en la tercera parte de los casos.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en el cuadro clínico típico y en el estudiohematológico:fundamen-talmente la prueba de falciformación in vitro en lámina sellada (prueba de Huck), la prueba de solubilidad y la electroferis de la hemoglobina.

Tratamiento

El seguimiento de estas gestantes ha de hacerse desde el inicio en consultas especializadas, por un equipo que incluya al clínico y al hematólogo junto con el obstetra.

El tratamiento de la crisis debe ser orientado a:

·      Evitar la falciformación.

·      Reducir la viscosidad de la sangre.

·      Interrumpir el círculo vicioso.

·      Aumentar los hematies.

·      Aumentar la oxigenación tisular.

·      Reducir la acidosis asociada a la crisis.

 
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